miércoles, 18 de diciembre de 2013

Capítulo 9. May

Brittany se va, y yo sigo inquieta, mientras que mi cabeza se vuelve más tranquila, mirando a Simón, a quien lo tengo delante sin encontrar la razón por la que me encuentro sorprendida del todo.
-Torpe... -murmura Simón mientras que sin pedir permiso entra en el baño de chicas, como bien ha dicho Brittany, mientras mira a esta con desdén.
-Hola, amiga. Que pelo más bonito tienes, chata, ¿te has puesto mierda en ella? -suelto ya que no sé que decir y lo que tengo delante es algo que es visto por primera vez, gracias al cielo: un chico en un baño público de mujeres.
-¿Problemas? -me pregunta Simón amable y dulcemente, cambiando su faceta por completo.
-No veas cuántas, si es que encima...
¿Le cuento lo que he visto hacer a Brittany? No, me tomaría como loca, además, no es que su primera impresión haya sido buena.
Simón se sienta al lado de un lavabo, y me mira fíjamente, como si quisiera leer mi mente, erróneamente, mi súper poder inútil y problemático hace de las suyas y soy yo quien se la termina leyendo.
<¿Cómo se hacía? ¿Qué tengo que hacer? Venga, Simón, piensa.>
Intentando pillarlo por un lado y ver su paciencia por el otro, se me ocurre hacer la pregunta más odiada por mucha gente:
-¿En qué piensas?
-En algo que te tengo que decir, pero no me acuérdo como era... ¿Cómo se hacía?
-Si me dices de qué se trata quizá pueda ayudarte.
-Es sobre lo que te está pasando.
-¿Qué me está pasando?
Es demasiado rápido con las respuestas como para estar mintiendo, pero si lo sigo poniendo a prueba termino ganando yo, porque, por un lado, me entero de cosas, por otra, dejo de pensar en mis problemas dramáticas y por último, soy capaz de saber si miente o no. Una prueba bastante completita.
-Ni disimules, ¿no ves que estás fatal? ¡Casi te caes por las escaleras cuando estabas bajando!
-Prefiero no recordar eso último.
Simón sonríe.
-La verdad es que ha sido muy ridículo. Por suerte Hugo no te ha visto y no tiene motivos para reírse de ti.
-El lado bueno de todo esto.
-¿Que le puedes leer la mente a Hugo?
-Iba a decir que Hugo no me ha visto, pero eso también me sirve. Espera un momento... ¿Cómo sabes tú que yo puedo hacer eso?
-Sé mucho más de lo que tú crees, pequeña May.
-¡No me digas eso!
-¿Qué?
-Pequeña May.
-Pues espérate, que tienes mucho tiempo para acostumbrarte.
Le miro fijamente mientras que lo fulmino con la mirada.
-Pues no entiendo nada, así que más te vale empezar a contar, majo.
-Ahora no, otro día, puede que el fin de semana, pero ya veré, estoy ocupado. Aunque unos consejos.
-¿Tendré que cumplirlos obligatoriamente? -pregunto para su sorpresa.
-Pues sí...
-Entonces no son consejos, son órdenes.
-Pues bien, te ordeno que no escuches la radio ni veas la televisión hasta entonces, música del móvil se puede, y no chatees en un grupo muy grande ni dejes que demasiada gente te rodee.
-¿Eso es todo?
-No, dos cosas más: no se lo digas a nadie y no intentes explorar ese poder que tienes, ¿entendido?
-Sí, aunque sigo sin entender nada.
-Por ahora no hace falta que lo hagas.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Capítulo 8. Brittany

Me acabo de despertar, sin embargo ya no estoy donde me había caído antes, ahora estoy en el baño de chicas sentada en una silla, digamos que estoy todavía medio mareada. De repente, veo una figura delante mío, no la reconozco muy bien pero se que es una de mi clase y tampoco parece estar como una rosa. En cuanto me mira veo que me va a decir algo.
-Hola soy May- se presenta la muchacha. -estamos en la misma clase, ¿a ti también te duele la cabeza?
Yo sorprendida no se que decirle, parece como si me haya leído la mente, pero enseguida le contesto.
-Hola yo soy Brittany- me presento informalmente. -si, la verdad es que la película que estaba viendo no me hacía mucha gracia, no es de mi estilo.
Aquella me mira fijamente como si estuviera intentando entrar en mi cabeza. A continuación, oigo unos pasos que me hacen caer al suelo mareada: "pum, pum, pum..." era una señora que está a punto de entrar en el baño de las chicas, por eso me levanto rápidamente del suelo, May también se levanta y se pone al lado mío mirando al espejo.
-¿Cómo sabías que venía alguien?- me pregunta sorprendida.
No se que contestarle porque no sabía que decirle, era lo mismo que me acababa de pasar en la sala del cine.
-Pues...- me pongo a buscar una excusa y de repente cambio de tema. -¿Cómo es que a ti también te duele la cabeza si no estábamos en la misma sala?
Ahora escucho más fuerte que nunca la cisterna del baño: "Shhhhhh..." pero esta vez, me mantengo de pie para evitar caerme otra vez mientras la señora sale del baño.
-Es que al lado mío había un chaval que me estaba contando toda la película- me responde y seguidamente añade. -no me has contestado, ¿cómo sabías que venía aquella señora?
Pensaba que le había despistado pero sin embargo, May tenía una buena memoria y le tendría que responder si o si.
-La verdad, es que no lo se- le confieso.
La joven me mira como si esa fuera la respuesta que buscaba y no se como, me parece escucharle decir algo: "Vale, ahora le felicitaré, espera, así me preguntará como lo se". Me quedo boquiabierta, puedo escuchar cualquier cosa, sea un susurro, sea algo que está en la otra punta del cine...
-Por cierto, felicidades.- le felicito a May. -me parece que no has empezado muy bien tu fiesta de cumpleaños.
Ella se queda de piedra y seguidamente me intenta decir algo.
-Felicidades a ti también Brittany.- me felicita.
Sin embargo a mi no me hace mucha ilusión porque mi hermana me había obligado a salir con ella y sus amigos que no son de mi estilo, pero solo hay uno que me ha llamado la atención: Dylan.
De repente escucho otros pasos acercándose, pero estos se quedan en la entrada y sea quien sea, tendría que ser un chico.
-May, ¿estás bien?- pregunta la voz.
-Parece que se están preocupando por ti, será mejor que salgas.- le recomiendo a May.
-No, todavía no me encuentro del todo bien.- me responde. -gracias por hacerme compañía.
En cuanto nos hemos despedido, salgo corriendo del baño y, sin querer me choco con el joven que está en frente de la puerta. Este se queja.
-¡Eh tú, mira por donde vas!- me grita.
-¡No te quedes en medio del camino de los demás!- le respondo con brusquedad. -estás bloqueando la entrada del baño de las chicas, ¿has oído? ¡CHICAS!
Después de gritarle a aquel tipo gruñón, salgo corriendo directa al bosque sin avisarle a mi hermana y a nadie, necesito estar sola.
Ya es de noche pero aun así, me acuesto en un montón de hierba que hacen como una especie de colchón al lado del río. Aquel sitio me relajaba muchísimo, pues me dejaba pensar y olvidarme de la gente que me saca de mis casillas, por así decirlo.
Suena mi móvil de golpe, en consecuencia me levanto de un salto y miro quien es el que me ha sacado de mi momento relajante, es mi hermana que se estará preguntando donde estoy.
-Hola Amanda.- le saludo como si no pasara nada.
-Brittany, Dylan me ha dicho que te encontrabas mal y que has ido al baño, pero he ido y lo único que he encontrado han sido May y Simón, los de nuestro curso en el baño de las chicas. ¡Hay que ver que insensato el chaval!
-Amanda, estoy de camino a casa porque no me encuentro bien, dale las gracias a todos por celebrar mi cumpleaños aun que seguro que tenían planes mejores, hasta ahora.- me despido y cuelgo.
Como le he dicho a mi hermana, me levanto y me pongo en marcha a mi destino. Mientras voy andando, estoy escuchando música y pensando en la tarde de hoy.