<¿Cómo tiene esta mi maldito teléfono?> oigo al otro lado,
pero tan solo ella lo piensa, y yo lo oigo.
-¿Qué quieres? -me pregunta malhumorada.
Desde luego la acabo de despertar y esta
chica no es nada mañanera...
-Quería preguntarte qué tal estás, y ya de
paso, si quieres, damos una vuelta. Y si quieres saber quién me dio tu número,
que sepas que se lo oí a tu hermana, se lo estaba dando a Dylan... -dejo en el
aire.
Oigo los latidos de su corazón, más bien
los siento... ¡Perfecto! ¡Leo mentes y encima soy empática!
-¿Te has puesto roja? -pregunto para
romper el hielo, a pesar de darme cuenta de que no ha sido una gran idea.
-No, no me he puesto roja y no, no quiero
dar una vuelta contigo.
En lo primero miente, lo siento yo, la
cotilla del siglo.
Y lo segundo... Eso me duele. Vale, seré
bien rara, también entiendo que con eso de quedar haya pensado que puedo ser
lesbiana, yo mismo estoy de acuerdo con ella, lo he parecido, y por
último, entiendo que no es de agrado no siendo mañanera, que una persona te
despierte para ir a dar una vuelta... Pero me sigue doliendo.
-Si es por Simón, que sepas que no sabe
nada y no estará.
Palabras nada agradables salen de su
mente, y la verdad es que agradezco a Dios, (a pesar de no ser creyente),
por este maldito don que hace que las personas me parezcan transparentes. De
verdad, prefería cuando eran opacas.
Ahora no solo tendré que pasarme toda la
noche escuchando los oscuros y eróticos pensamientos de mi madre, los
destructivos y a la vez amables de mi padre y los chulos y pijos de mi
hermana... ¡Ahora tendré pase VIP para saber lo que sienten!
-¿Estás bien, May? Te has quedado muda.
No sé si colgar o decir una estupidez.
Cualquiera de las dos me augura un perfecto futuro con un ojo morado.
Sé que todos no se toman igualmente mis
estupideces, pero... No quiero volver a caer en el hoyo.
Nunca he hablado de ello con nadie.
Apartando esos pensamientos... Una persona
me acaba de hacer una pregunta y yo sigo sin contestarla, ¿colgar o decir algo
estúpido?
Opto por la segunda.
-Me gusta el bacon con sabor a espaguetis.
-¿De qué coño me estás hablando?
-A veces las playas son trozos de cristal.
-Gracias por la información, tendré
cuidado en no cortarme. Ahora, adiós.
-¡Espera!
¿Por qué habré dicho ese espera? No tengo
nada que decirle, y parezco una tonta sin decir nada. Además, como diga otra
estupidez pensará que necesito ir a un psicólogo.
-Ayer hablé con Simón en el baño y creo
que hay algo que te puede interesar.
-¿Qué me puede interesar a mí de ese
gilipollas?
-Si quedamos te lo cuento.
-¿Tan importante te parece que me lo
tienes que contar en persona?
-Sí, ya que mi hermana es una cotilla que
se acaba de levantar y que tiene ahora mismo la oreja pegada a mi puerta.
-Te comprendo y te acompaño en el
sentimiento.
-Amén.
En este momento, me alegro de que mi
hermana sea Naty, porque por un momento, esa chica fiestera y cotilla ha
servido para algo que no sea esos dos: darle una excusa a su hermana mayor.
-¿A qué hora? -pregunta Brittany, rendida.
-¿Cuando te viene bien a ti?
-No sé... ¿A ti?
-A las doce está bien. El sitio elige
tú.
-¿La cafetería de al lado del insti? Es
uno de los pocos lugares que conozco.
-Me parece perfecto. A las doce en la
cafetería Esquina.
-¿Se llama así?
-Los de este pueblo nunca hemos tenido
mucha imaginación ni ganas de pensar, amiga mía. -contesto, y me ha quedado
bastante bien para ser yo.
-Vale, voy introduciendome en este mundo.
-Amén, hermana.
-Amén. Y adiós, que voy a probar a dormir
hasta las doce, madrugona.
-Si supieras lo que madruga mi hermana
para dormirse tan tarde...
Brittany se ríe, no siento que sea algo
que haya tenido que obligar a hacer, sus sentimientos parecen sinceros.
Empo empática.
Desde luego, ese será mi nombre cuando
tenga que usar un pseudónimo.
Entonces, cuelgo, y empiezo a buscar entre
todos mis cajones papel y boli para apuntar todas las mierdas que se me
ocurran.
<El ordenador será útil también>.
Por fin un pensamiento que es tan solo
mío, y que ojalá nadie pueda oír, pero en seguida, se ve interrumpido por otro
guarro de mi madre.
Mi nombre es May Cortés y tengo los
superpoderes más inútiles e inoportunos que la tierra ha conocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario